Nací en Mérida, Yucatán en 1984. En 2010, después de obtener mi licenciatura en diseño gráfico, decidí mudarme a Carolina del Norte donde en 2014 comencé a trabajar como artista profesional, participando en múltiples exhibiciones en diversos centros culturales de la ciudad de Charlotte. Actualmente radico en Mérida, Yucatán donde continúo mi desarrollo como artista visual.

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El arte se ha vuelto un canal, por medio del cual, explorar mi propia historia, la multidimensionalidad de los seres vivos y sus grandes habilidades de adaptación y resiliencia.

A través de elementos como enredaderas y raíces, el sistema nervioso, líneas que simulan movimiento y el cuerpo humano, genero un lenguaje que habla de la evolución constante de un ser humano, a pesar de los cambios abruptos y obstáculos que surgen a lo largo de la vida.

Me gusta investigar y estudiar el mundo oculto de los seres vivos, pues, aun cuando las diferencias entre especies son obvias, a través del microscopio, somos muy parecidos.

A veces la semejanza es evidente a simple vista, por ejemplo un sistema de raíces es similar al sistema nervioso, nuestros cuerpos son un microcosmos y el micelio ha sido comparado con el internet. Esa similitud, despierta mucha curiosidad, es un tema que me apasiona y que busco presentar en mi obra de manera continua.

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Otro de mis intereses es la arquitectura de la ciudad de Mérida, Yucatán, en específico las fachadas. No solamente sus colores vivos y las bellas rejas protectoras, que las decoran, me parecen atractivas, sino también la vida que, sin querer, crece en sus grietas y techos.

En Mérida hay numerosas casas que por abandono o descuido ahora tienen de inquilinos árboles, plantas silvestres y una variedad de insectos, aves y mamíferos. En lo personal, interpreto este como un símbolo de resiliencia, un recordatorio poderoso de que la vida busca la oportunidad, y en el lugar menos esperado se desarrolla.

En mi práctica, la técnica y el material son símbolos de transformación continua, es por medio de la acción de calar que un pliego de papel revela su valor escondido, es como observar a una persona que va quitando de manera minuciosa y precisa todo lo que está de más y al hacerlo puede acercarse a su verdadera esencia.